Con el nacimiento de la pequeña Renesmee, que crece de forma
anormalmente rápida, los Cullen ya son una auténtica familia. Pero la
estabilidad matrimonial de los recién casados se verá perturbada por una amenaza
externa: Bella disfruta de sus poderes de vampiresa recién adquiridos. La
familia Cullen deberá protegerse ante la amenaza de los Volturi ya que existe
una ley para los vampiros que prohíbe a todos los clanes convertir a niños,
pues son difíciles de controlar y pueden generar auténticas masacres que pongan
en peligro la secreta existencia de los vampiros. Edward tratará de formar un
pequeño ejército para plantarles cara.
